El sindicato United Auto Workers ha iniciado una huelga sin precedentes contra los tres mayores fabricantes de automóviles de Estados Unidos. En la medianoche del jueves, alrededor de 12.700 trabajadores automotrices se comprometieron a realizar un paro laboral en tres instalaciones: una fábrica de General Motors en el estado de Misuri; un complejo de Stellantis en el estado de Ohio; y una planta de ensamblaje de Ford situada cerca de la ciudad de Detroit, en el estado de Michigan.
El sindicato afirma que hasta 146.000 trabajadores podrían sumarse finalmente a la huelga, a menos que los directivos de las tres empresas automotrices pongan fin a un sistema de dos niveles para los salarios y las prestaciones y acepten mejorar las pensiones y las horas de trabajo. La congresista de Michigan Rashida Tlaib se unió a las protestas de los huelguistas.
El padre de Tlaib trabajó durante mucho tiempo en la cadena de montaje de Ford y fue miembro del sindicato United Auto Workers.
Congresista Rashida Tlaib: “Ahora que hay [un sistema de] niveles, [los salarios] no se ajustan con el costo de vida, un requisito que ha sido parte de todos los contratos negociados con el sindicato desde 1948 hasta 2009, cuando se dijo: ‘Miren, nos sacrificaremos y ganaremos menos para poder mantener a todos a flote’. Ahora que [los trabajadores] necesitan ayuda para mantenerse a flote, los tres grandes [fabricantes de automóviles del país] les están dando la espalda. Estas [empresas] están obteniendo ganancias sin precedentes, por lo que ya es hora de recompensar a las mismas personas que les permitieron sobrevivir durante la Gran Recesión”.
