Las ventas minoristas de las pequeñas y medianas empresas argentinas registraron en abril un aumento interanual del 3,7% a precios constantes, de acuerdo al último informe publicado por CAME. Sin embargo, la variación mensual desestacionalizada marcó una caída del 1,8%, reflejando la inestabilidad del consumo. En el acumulado del primer cuatrimestre, el crecimiento fue del 14,9%.
El estudio, realizado sobre 1.181 comercios de todo el país, muestra que el comercio minorista sigue operando en un contexto adverso, signado por márgenes reducidos, alta presión impositiva, suba de costos fijos y una demanda que se limita a lo indispensable. A pesar de la moderada mejora interanual, la mayoría de los rubros expresan incertidumbre y dificultades para sostener el nivel de actividad.
Rubros con mejor desempeño y sectores en crisis
Los rubros con mayor incremento interanual fueron Perfumería (+9,1%) y Alimentos y Bebidas (+6,3%). Sin embargo, en ambos casos, los comerciantes advirtieron que el aumento se logró con fuerte presión sobre los márgenes. La perfumería, por ejemplo, sostiene ventas gracias a descuentos agresivos, que erosionan la rentabilidad y no logran generar una verdadera reactivación del consumo.
Por el contrario, sectores como Textil e Indumentaria y Calzado y Marroquinería reflejan caídas interanuales del 2,6% y 1,5% respectivamente. El informe señala que la competencia desleal con Chile, la retracción del consumo y la pérdida de rentabilidad por los altos costos fiscales y servicios, afectan profundamente a estos rubros. Algunos comerciantes incluso debieron pasar al monotributo para evitar el colapso financiero.
También el rubro de Ferretería y materiales de construcción continúa resentido por el freno de la obra pública y la competencia de importados más baratos, que impiden la recuperación del sector. A pesar de algunas señales de estabilidad, la rentabilidad continúa deteriorándose.
Qué dicen los comerciantes
El relevamiento evidencia que el 86,7% de los comerciantes cree que el gobierno debería reducir la carga impositiva como medida prioritaria, mientras que también se reclama estímulo a la demanda interna mediante políticas activas. El dato positivo es que el 56,7% de los empresarios cree que su situación mejorará en un año, mostrando un grado de resiliencia y confianza a mediano plazo.
Rubro por rubro, Textil e indumentaria es el más optimista (63,2% espera mejora), seguido por Farmacia (58,2%). Sin embargo, el optimismo choca con las dificultades actuales: altos impuestos, servicios caros, caída del poder adquisitivo y falta de crédito configuran un escenario difícil de sostener.
Una economía en modo sobrevivencia
Si bien el informe señala una recuperación interanual de las ventas, los testimonios y datos cualitativos dan cuenta de una economía en modo supervivencia, donde la mayoría de los comercios apenas logran cubrir sus costos y ven muy lejana la posibilidad de crecer o invertir. La pérdida de poder adquisitivo, la incertidumbre macroeconómica y la competencia de grandes cadenas se mencionan entre las principales amenazas.
Así, abril dejó un saldo ambiguo: mejoría estadística interanual, pero retroceso mensual y fuerte debilidad estructural. Con márgenes al límite, baja rentabilidad y una inflación que sigue condicionando el consumo, el sector PyME reclama medidas urgentes y estructurales para sostener el empleo y la producción.