La convocatoria al paro general del transporte, impulsada para el próximo 30 de octubre, anticipa un alto acatamiento en todo el país y se perfila como una jornada de fuerte impacto político. El cotitular de la Confederación General del Trabajo (CGT), Pablo Moyano, manifestó su entusiasmo ante la creciente adhesión de múltiples sectores al paro, que promete extenderse más allá del ámbito del transporte para incluir también a los gremios estatales, universitarios y organizaciones sociales.
“Le decimos al presidente que se prepare, porque nosotros no vamos a quedarnos cruzados de brazos”, señaló Moyano en una declaración que parece marcar un punto de inflexión en la relación entre la CGT y el Gobierno Nacional, encabezado por Javier Milei. El líder sindical remarcó que no solo se sumarán los gremios del transporte, sino que también se prevén medidas como ollas populares y movilizaciones en distintos puntos del país, organizadas por sectores sociales.
En declaraciones a C5N, Moyano subrayó el peso de la protesta: “Va a ser una jornada muy importante de protesta en la que se van a expresar muchas organizaciones”. La convocatoria ha logrado atraer el apoyo de gremios y movimientos que, hasta ahora, se mantenían en un rol más moderado frente a las políticas del Gobierno. En este contexto, la fracción liderada por Moyano podría estar acercándose a un quiebre con otros sectores de la CGT que aún sostienen canales de diálogo con la administración de Milei.
La decisión de estas organizaciones de sumarse al paro general refleja un descontento creciente por las políticas económicas y sociales impulsadas desde el Ejecutivo, en particular las referidas a ajustes en áreas clave como el empleo público y la educación.