El presidente Javier Milei, quien viajó de sorpresa a la ciudad de Bahía Blanca, tiene como objetivo monitorear en el lugar la asistencia a las víctimas de la tragedia climática, que dejó un saldo provisorio de 16 muertos, decenas de desaparecidos y daños materiales incontables.
El viaje se mantuvo en estricta reserva y secreto, con el objetivo de “evitar una politización”, según señalaron fuentes del Gobierno.