El presidente argentino, Javier Milei, protagonizó un momento incómodo en el Vaticano al llegar tarde a la Basílica de San Pedro, donde se realizaba la ceremonia de despedida del Papa Francisco. Debido a su retraso, las puertas ya estaban cerradas y no pudo ingresar para rendir homenaje al Sumo Pontífice.
La situación generó sorpresa y comentarios en diversos medios internacionales, ya que se esperaba que el mandatario argentino participara activamente en la ceremonia. Sin embargo, su llegada fuera de horario le impidió estar presente en el momento clave del evento.

Este episodio resalta la importancia de la puntualidad en eventos protocolares de alto nivel y cómo un retraso puede generar situaciones incómodas incluso para figuras de relevancia internacional.
En redes sociales, usuarios expresaron diversas opiniones sobre el incidente. Algunos criticaron la falta de puntualidad del presidente, mientras que otros defendieron su intención de asistir al funeral.
Hasta el momento, no se han emitido declaraciones oficiales por parte del gobierno argentino respecto a este contratiempo.