Día de la Industria: La formación como herramienta estratégica

Día de la Industria: La formación como herramienta estratégica

Las instituciones académicas y de formación profesional tienen en el entramado social una misión que es brindar respuestas ante necesidades que la misma comunidad identifica, con el aporte de herramientas que apunten a la transformación de escenarios, individuos, grupos, instituciones, siempre en pos de un bienestar o un crecimiento colectivo.

Ese fue justamente el origen de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires: impulsar la profesionalización del saber técnico hacia un sector que ya en aquel momento posicionaba a Olavarría como referente industrial del centro bonaerense. Y con medio siglo de historia recorrido, casi dos mil graduados, una diversificada oferta académica y una proyección cada vez más importante, sigue enfocándose en ofrecer enseñanza de calidad, aún en situaciones excepcionales como la que este año ha presentado.

La vicedecana de la FIO, la ingeniera María Peralta, analizó los desafíos actuales de la Casa de Altos Estudios, que no discontinuó en ningún momento la formación académica en el contexto de pandemia, y puso todo el recurso humano a reconfigurar estrategias hacia el interior de la institución -como debieron hacer todas las organizaciones-, pero también hacia el afuera, a fines de no perder la sinergia. “Para poder adaptarnos a este contexto es necesario primero, entenderlo, conocerlo y caracterizarlo para poder actuar en función de eso”, explicó.

El panorama actual de la industria se ve, como el de otros sectores de la economía y la producción, caracterizado por el teletrabajo, el manejo y la recolección de datos, la implementación de tecnologías a sus cadenas de producción, todo lo que lleva a transformar y adaptar la matriz productiva, en pos de la optimización de la productividad y la competitividad, sin perder calidad. “Todo esto es impensado sin nuevos conocimientos que, justamente, posibiliten la implementación de las tecnologías emergentes en las cadenas de producción, de trabajo y su puesta en marcha, que favorezcan la reactivación económica. Y si hablamos de nuevos conocimientos es difícil no relacionarlo con la Universidad, con la Facultad de Ingeniería que, como institución de educación pública, tiene la enorme responsabilidad de cumplir un rol social relacionado con otorgar una educación de calidad, y generar y transferir conocimientos acordes a las demandas del medio social y productivo. Es nuestro compromiso estar atentos a las cambiantes demandas del entorno para dar respuestas acordes, a través de la formación y capacitación de los profesionales que serán los recursos humanos que se insertarán en el mundo del trabajo, además de orientar la generación de conocimientos para dar solución a las problemáticas que surjan”, sostuvo.

Como Universidad debemos cumplir una función preventiva de anticipación, de ayudar a la sociedad a diseñar el futuro. Debemos mantener una capacidad prospectiva, visualizando las competencias del profesional del futuro, entendiendo que preparar jóvenes para mañana es enseñar el futuro hoy”, señaló la ingeniera.

Mantener los lazos


Para poder prestar ese servicio social realmente tienen que estar aceitadas las relaciones. Si uno mira históricamente cómo ha sido esta relación entre el sector productivo, la industria y el conocimiento, estamos en condiciones de afirmar que a lo largo del tiempo la Facultad ha ido profundizando esta relación y hoy podemos decir que hay una articulación”, aseguró la vicedecana.

Tan importante es la interacción entre las instituciones que integran el entramado social, que la Organización de las Naciones Unidas fijó como uno de los objetivos para el Desarrollo Sostenible hacia 2030, revitalizar las alianzas entre la ciudadanía, el Estado y las empresas. “Si bien es algo que siempre se trabaja, el impacto de la emergencia sanitaria genera que sea aún más necesario trabajar juntos”, consideró Peralta. “Para el desarrollo sostenible, es necesario construir alianzas que posibiliten el trabajo interinstitucional, alentando la interdisciplina, y que permitan afrontar los desafíos relacionados con la inclusión, la equidad, la pobreza, la desigualdad. Se trata de hermanarnos, de alinear sueños lo que se genera con confianza, buena comunicación y solidaridad”, alentó.

Reflexiones necesarias

El hecho de estar en aislamiento pero en comunicación constante, permite cambiar la óptica de ciertos aspectos, o incluso detenerse a reflexionar, formarse, y abrir discusiones que en la dinámica diaria de la antigua normalidad, hubieran llevado más tiempo. “Lo que ha provocado este nuevo contexto en algunos casos es la profundización de ciertos desafíos que ya teníamos. Por ejemplo, en este sentido creo que el siglo XXI está caracterizado por poner en el centro la igualdad de género y destacar el protagonismo de la mujer”, destacó María Peralta. La igualdad de género también está en la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, considerándola como uno de los objetivos o desafíos en los que trabajar.

Respecto a esto, si bien en la Facultad de Ingeniería la matrícula femenina es levemente más alta que la media nacional, la funcionaria resalta la importancia de que cada vez más mujeres se acerquen a estudiar carreras vinculadas a la tecnología y la ingeniería. “La participación en el mundo productivo de la mujer está relacionada con esos índices, además de que estadísticamente está demostrada una profundización de esa brecha en la inserción laboral por una cuestión de género”, reflexionó.

En las facultades de ingeniería del país, a través del CONFEDI (Consejo Federal de Decanos de Ingeniería), se promovieron programas o acciones que fomentan la participación femenina, “De hecho, también impulsada por CONFEDI y otras instituciones internacionales, recientemente se ha inaugurado una cátedra abierta latinoamericana denominada “Matilda y las mujeres en ingeniería”, de la cual forma parte la FIO, con varios comités de trabajo que tienen que ver con despertar vocaciones, el ejercicio profesional, la comunicación, la educación y a través del trabajo de esos comités se van a generar actividades hacia el interior de las facultades y la sociedad misma”, contó.

Por último, consideró como fundamental que en cada institución haya un liderazgo, un motor que permita establecer las alianzas, como las mencionadas entre el sector educativo y productivo y, por supuesto, incluyendo al Estado como generador de políticas públicas que acompañen y favorezcan la necesaria reactivación económica.

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