La carrera, que se dicta en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), se creó el 26 de marzo de 1943. En el 2020 pasó a denominarse Ingeniería Aeroespacial, adaptándose a los cambios y a las necesidades del país. Desde entonces, pasó de un promedio de alrededor de 120 alumnos inscriptos a más de 300 ingresantes por año.
El festejo por el nuevo aniversario se desarrolló en el Departamento de Ingeniería Aeroespacial. En el hall del mismo se descubrió una placa conmemorativa y se expuso una muestra fotográfica sobre el recorrido de la carrera a lo largo de las décadas con fotografías de estudiantes, docentes y no docentes de las distintas épocas. De la exhibición participó personal de la Biblioteca de la Facultad.
Estuvieron presentes el decano de Ingeniería Marcos Actis y el director ejecutivo del Departamento y de la carrera Ingeniería Aeroespacial Juan Sebastián Delnero. Además asistieron integrantes de la comunidad académica.
El decano, quien además es ingeniero aeronáutico, rememoró sus inicios en la carrera y el crecimiento del Departamento, a pesar del incendio que sufrieron las instalaciones en 1998. El esfuerzo de sus miembros para volver a ponerlo en condiciones, la vinculación con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y los trabajos de transferencia, permitieron el ingreso de fondos para realizar importantes mejoras en el edificio.
Desde el principio, la carrera Ingeniería Aeronáutica tenía como objetivo contribuir a la solución de los problemas generales sobre la cuestión aeronáutica y espacial y asesorar a la industria aeronáutica nacional y espacial.
“Cabe recordar que el ingeniero Remo Fascia fue el primer matriculado del Consejo Profesional de Ingeniería Aeronáutica y espacial (CPIAyE), creado a mediados del siglo pasado”, expresó Actis. Y añadió que “Ingeniería Aeronáutica ya abarcaba el campo espacial y en la actualidad seguimos haciendo cosas. Por eso debía estar el nombre en la carrera”.
Con la modificación a Aeroespacial los nuevos profesionales tienen reflejado en su título la capacidad para diseñar, calcular y proyectar aeronaves, vehículos espaciales y toda máquina de vuelo. También plantas propulsoras y auxiliares aeronáuticas y espaciales, sistemas de control aeronáuticos e instalaciones aeroportuarias.
A lo largo de los años se graduaron alrededor de 1700 ingenieros e ingenieras. En la actualidad cuenta con 1846 alumnos activos. Y este año se registró el máximo de inscriptos: 326 alumnos. La carrera está dividida en 10 semestres y tiene una duración de cinco años.
Respecto a la salida laboral, el director de la carrera indicó que “las áreas de trabajo se refieren al desarrollo de materiales, estructuras, aerodinámica, propulsión, control, diseño y operaciones en aeropuertos o de bases de lanzamiento”.
Los graduados pueden trabajar en el mantenimiento de aviones, naves espaciales en general, diseño de satélites, lanzadores satelitales y aviación en general. “El mantenimiento es una de las salidas laborales más importantes. Hoy en día hay mucha actividad en el ámbito aeroespacial y nuestros egresados están entrando a empresas como INVAP, CONAE, VENG, Satellogic y New Space. También en Aeropuertos Argentina 2000 y en todos los talleres que tienen que ver con mantenimiento como en FAdeA, que es la fábrica de aviones”, detalló Delnero.
Aeronáuticos y aeroespaciales de ayer y de hoy
Los primeros egresados de Ingeniería Aeronáutica en la UNLP fueron Clodoveo Pasqualini, Leonardo D’Attorre, Gerardo Luis Ventura, Antonio Pedro Armengol y Ricardo Ortíz. La primera mujer fue Haydée Olga Pellegrini.
En tanto, en 2022 David Williams se convirtió en el primer egresado de Ingeniería Aeroespacial. Y este año se graduó la primera mujer, Valentina Marletta, quien participó del acto aniversario junto a otros compañeros.
“Nosotros pasaremos, vendrán otros y esto seguirá creciendo”, expresó el decano, durante la celebración, en referencia al Departamento.
Por su parte, el profesor Claudio Rimoldi, que estaba a su lado, también se dirigió a los presentes. “Nosotros ponemos todo lo mejor para que el alumno se sienta identificado con nuestra institución, recibirlos bien como se merecen. Hoy no sólo tienen mejores instalaciones sino también docentes que hacemos docencia en amplio espectro. No sólo es dar una clase o hacer un laboratorio. Estar presentes acá, incentivarlos. Hacer algo por ellos es hacer algo por nosotros también porque cuando nos vayamos lo único que nos vamos a llevar va a ser el reconocimiento. Espero que lo que sembramos los profesores se sostenga en el tiempo y sea para bien”, concluyó.
