La ciudad de Bahía Blanca vive uno de los momentos más devastadores de su historia tras el feroz temporal que el 7 de marzo de 2025 dejó al menos 16 personas fallecidas y más de 1.500 evacuadas. En solo 12 horas, cayeron 290 milímetros de lluvia, provocando inundaciones de una magnitud sin precedentes.
Entre las víctimas se encuentra Rubén Zalazar, un camionero que perdió la vida intentando rescatar a dos niñas, Delfina y Pilar Hecker, de uno y cinco años respectivamente, quienes aún continúan desaparecidas tras ser arrastradas por la corriente. El caso ha conmocionado al país, mientras los equipos de rescate siguen buscándolas con esperanza en medio del desastre.
La magnitud de la catástrofe ha llevado al gobierno nacional a declarar tres días de duelo y a comprometer una ayuda de 10.000 millones de pesos para la reconstrucción de la ciudad. Por su parte, el gobernador Axel Kicillof anunció una asistencia de 5.000 millones de pesos por parte de la provincia, además del envío de fuerzas de seguridad y equipos de rescate. “Es una tragedia sin precedentes y vamos a estar presentes para ayudar a cada familia que lo necesite”, expresó el mandatario.
Las causas del desastre apuntan a una combinación de factores: lluvias extraordinarias, la ubicación geográfica vulnerable de Bahía Blanca, deficiencias en la infraestructura urbana y los efectos del cambio climático, que ha intensificado estos fenómenos meteorológicos extremos. Expertos han señalado que el colapso de desagües y la falta de planificación urbana agravaron la situación, dejando a cientos de familias atrapadas en sus hogares.
En medio del dolor, la comunidad se ha unido para brindar ayuda. Voluntarios, bomberos y personal de defensa civil trabajan incansablemente en la asistencia de los damnificados y la reconstrucción de la ciudad. Se han habilitado centros de evacuación y campañas de donaciones para las familias afectadas, mientras Bahía Blanca lucha por ponerse de pie tras la tormenta más devastadora de su historia.