Memorias de Ariadna

Memorias de Ariadna

Comenzó como novela, pero no pudo, por mi aliento corto, mi vagancia, miedo a las grandes estructuras, incapacidad al fin. Me alegré de la falta de fronteras entre los géneros, leía a Piglia que me daba ideas: …liberar al novelista de la necesidad de idear una trama… El futuro de la narración no dependerá de la construcción de un mapa de los hechos sino de la combinación de autobiografía, observación y reflexión.

Tampoco es diario, porque comienza a escribirse en el 2000 y habla de la niñez; porque los diarios registran los hechos mientras suceden, nada recuerdan. Pocas páginas, apenas reconocidas como propias, se rescataron de años juveniles, transformadas, maquilladas, travestidas. El poeta, sólo alejado de los hechos, se convierte en dador de sentido.

Obra fragmentaria, armada de a pedazos, su orden cronológico nada tiene que ver con el de la escritura. Pedazos reordenados con criterios varios se hilvanan inspirados en un leitmotivCuántas madalenas, Marcel, cuántas para evocar una entera vida. Madalenas, memoria, tiempo se combinan en un plato de exquisito gourmet. Ninguna afición al tiempo ganado, tiempo de la eficiencia, de las cosas prácticas, vamos en cambio por el tiempo perdido, evanescente, esquivo.

Narrarse como una manera de ordenar la experiencia y darse sentido, la autoficción se sostiene por la distancia, ese verse como extraño, como otro.  Asoma la figura del doble. Acaso Ariadna, que es mi doble, tenga como doble a Ivana Matus…. y en masculino a Omar Olivas, y así se van entretejiendo cadenas de dobles que abonan al problema de quién habla. Por momentos hallo que no soy yo sino mis dobles que se entrometen pugnando por la escena y me repiten y cuestionan como “seis personajes en busca de un autor”. La vida ajena como escenario donde transcribo la mía para descubrir otras vidas posibles, lo potencialmente mío.

La escritura como tarea de orfebre que se complace en el volver y corregir; no sólo el estilo sino el sentido de lo vivido, sus significados ocultos, luces del inconsciente. A veces narro para entender mis sentimientos, tanto del pasado como del presente, y no me importan las diferencias; festejo tanto ser la misma como ser otra, acaso esa mezcla singular de ser todo a la vez yo y la otra.

La autora

Profesora de Estética del Instituto Nacional Universitario de Artes de Buenos Aires. Dictará curso: “Estética Romántica y los Estudios Culturales”

Es bachiller en Letras por la Universidad del Salvador, licenciada en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires y Magíster en Ciencias Sociales por la Universidad Católica del Perú. Fue profesora titular de Estética y Filosofía en los departamentos de Artes Visuales y Crítica de Arte de la Universidad Nacional de las Artes, donde actualmente dirige una investigación UNACYT sobre arte y política en las derivas posvanguardistas. Es autora de: De ironías y silencios. Notas para una filosofía impresionista (Barcelona, Gedisa, 1997), Los griegos en escena (Eudeba, 2000), Zaratustra, la experiencia del guerrero. Vida y sabiduría en el pensamiento de Nietzsche (Prometeo, 2007), Trágico y Sublime. Notas para una estética romántica (Baudino, 2010), Renacimiento de la política y otras conversaciones (Sudamericana, 2011). En los últimos años ha incursionado en dramaturgia con títulos como Y se convertían en tigres…Ascenso a los infiernosLady MacbethMulier SacerLas rondas de ClitemnestraSerás lo que debas serBartleby redivivo.

Se puede adquirir en librerías y en el sitio web de Ediciones CICCUS

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